UN CONTEXTO PARA UNA PRODUCCIÓN * GENTE QUE ESTÁ * COSAS QUE TIENEN QUE VER *

UN CONTEXTO PARA UNA PRODUCCIÓN

UN CONTEXTO PARA UNA PRODUCCIÓN

Esto es un portafolio en la nube. Un cuaderno de dirección, un máster con horas de grabación, un muestrario de análisis, un diario de proceso, un vademécum de remedios, una cazuela con provisiones, un saco de huesos, un bruto, un monstruo, un mapa hecho de puntos de trabajo. Si quieres saber más, lee este DIARIO DE AUTOEDICIÓN. El Largo Camino de los Libros Autoeditados. O el Corto Camino de Los Libros Autoeditados. Dibújame un libro. Imagen de cabecera: frame de Tales of Wonder Site (Momu & No Es)


Libros livres, 2

Entonces recurrí a las baldas del estudio de Anne. Me econtré con La vida por delante (o delante de uno), La vie devant soi. Es una buena historia, de lo más parisina. Y diábolica, formalmente (exagero). Pero algo pillo. Pillo más que leyendo a Olivier Adam. Vengo de Sevilla. Debe ser que estoy más entrenada para comprender el barroco que en desentrañar la dureza de la elipsis continua.

La voz del narrador y protagonista de La vie devant soi es la de Momo, un niño argelino que aparece de pronto en París, en circunstancias que luego contaré. 

Mientras trato de leer, en mi mundo contemporáneo, el de las cosas contables, sobrevuela una decisión laboral que no depende de mí y a la que espero comiéndome los nudillos. Una llamada. Un mail. Un sí. Un no. Y resulta que sólo leer este libro en alto me calma la ansiedad. Entre los caminos asfaltados que recorren los inifinitos campos de trigo amarillo voy leyendo como si fuera una loquita que se inventa el francés arrabalero.

Anne me confiesa que no cree que pueda leer ese libro lleno de argot parisino trasnochado y mil equívocos lingüísticos. Por ejemplo, el niño vive rodeado de putas, en un arrondisement de los más chungos, su madre lo ha abandonado al cuidado de una madame gorda y vieja, que lo cuida muy  bien. Él tiene como una fascinación por la señora. Un día le declara su amor y le dice que quiere ser su chulo. Obviamente no tiene ni idea de lo que está hablando.

Pero, ¿y no se contemplan las propiedades calmantes de la las palabras, por más que no entiendas nada, o precisamente por eso? Me llaman por fin del trabajo. Rejected. A otra cosa. Abandono el libro. Ya no lo necesito. 

En esos días de espera agónica también estuve investigando mucho sobre China (el trabajo en cuestión era allí) y descubrí un libro de Paul Theroux. Un libro de viajes. En trenes lentos. Atravesando China. Una sólo debería leer libros de viaje cuando sabe que  nunca irá a esos lugares. No al libro de viajes-guía turística. NO. Son  otros caminos. Caminos de hierro, caminos de asfalto,  cultivos intensivos de trigo, calles empedradas. Qué mas da. El caso es que hay que andar.

Antes de dejar el libro de Romain Gary, La vida delante de uno, averigüé cosas fascinantes sobre su persona. Que creo que merece la pena contar.

El tipo, este Romain, nació en Vilnus, Lituania, en 1914. (Eso es lo que yo llamaría puntería histórica para nacer, illo.) Vilnus me hace recordar a Alina Zarekaite, una de mis alumnas. Increíblemente lista, bella y talentosa. Alina llegó a España en el año 1999. Con 12 años. Su madre había llegado un año antes. Llegó a la Aldea del Rocío. Glups. Para el que no conozca aquel lugar diré que es lo más extraño que se puede pisar después de, digamos, ¿Marte? Es un pueblo cuyas calles son de arena de la marisma de Doñana. Calles de arena. Bien. No puedo decir más. Y la gente se mueve en carretas. Y levanta polvo en sus traslados. Y hay una  virgen enrejada de la que ya os sabéis la historia. 
Alina llega pues desde su barrrio soviético de Vilna, con el pelo casi blanco y la piel blanquísima, hasta la Aldea del Rocío. Silencio. Sol.
Su madre recoge la fresa junto a otro montón de mujeres que se abrasan y recorren las carretera que va desde Sevilla hasta Mazagón y que atraviesa el Coto. Vuelven a pie por el arcén hasta llegar a casa, por la tarde. 
Alina llega a la escuela de la Aldea del Rocío con doce años. Aprende castellano en seis meses. Saca las mejores notas de su clase. Seguramente se aburre. Despierta recelos. Empieza a escribir.

Ahora vive en Triana y tiene una perra y un novio y su madre se fue a vivir cerca de Lisboa. En la última clase me confesó que estaba muy agobiada porque no le gustan los niños y no sabe cómo escribir desde la voz de un niño y tenía que escribir un relato desde la voz de un niño. Alina es, probablemente, tan escritora como su compatriota Gary era cuando empezó a escribir La vie devant soi. La novela fue publicada con el pseudónimo de Émile Ajar en 1975.

Gary gastó varios pseudónimos  a lo largo de su vida. Pero con el juego Gary/Ajar llegaría muy requetelejos. Listen:

La vie devant soi ganó el Premio Goncourt 1976. Todos saludaron el nacimiento de un gran escritor, el desconocido Émile Ajar. Incluso el propio Romain Gary lo hizo, que ya por entonces era diplomático y estaba casado con, atención: Jean Seberg. La chica de los periódicos de Al final de la escapada.  Vale. Hay gente capaz de tener varias vidas en una. Quizá por eso  necesite más de un nombre.


4 años después de ganar el Premio Goncourt, Romain Gary/Emile Ajar se suididó en su apartamentto parisino. « Aucun rapport avec Jean Seberg » (Ninguna relación con Jean Seberg). Vale, tío. Jean Seberg se había suicidado el verano anterior.

En otro documento dejo dicho, además, quién era. Además de  Romain Gary.

Sólo entonces fue cuando se descubrió que Gary y Adjar eran la misma persona. Así, se supo tambien, que este tipo era el único en haber recibido el Premio Goncourt en dos ocasiones.
Se la había pegado a la crítica y a la academia francesa en pleno. 

La mirada de Gary me recuerda a la de Alina. Esto es una tontería. Lo importante son los libros. Devuelvo el libro de Adjar/Gary a la estantería. Me recuerdo que le tengo que decir a Ali que se lea este libro. Para lo de su relato con niño. Ella, obvio, habla y lee en francés. Sirva este post de comunicado cósmico para ella (habrá una segunda parte).

Alina es una promesa. Como el resto de los libros que  me esperan en las baldas de Anne. Seguimos con la cabeza inclinada hacia la izquierda y el dedo que recorre los lomos. A ver.


Alina Zarekaite en su casa. Foto de María Aya. Sí, la hija de Atín  Aya.

→continuará

6 comentarios:

  1. Me encanta, no sé si lo que escribes o como lo escribes, posiblemente sean las dos cosas a la vez lo que transmite esta "gracia" especial.

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  2. guau Silvia! me dejas sin palabras...

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  3. Gracias!! Identificáos si podéis. Mola más.

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  4. hola
    hice viajar tu libro sobre el sur hasta uruguay
    por ahi anda dando vueltas
    gracias a él hicimos con ecobuk la novela "héroes rotos"
    un saludo y gracias

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  5. Te acabo de descubrir por casualidad al leer un artículo tuyo. Qué bien escribes, ... (me ahorro el taco que no tengo confianza) Hacia tiempo que no leía una escritura tan fresca, tan sugerente, tan poderosa a la vez... Y tan bien escrita. Felicidades y ánimo. Intentaré seguirte en los márgenes que la vida me permita.

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